Buenos días queridos seguidores de este pequeño espacio de lectura y de desahogo para un servidor.
Pasan los años, es irreversible, y caen como pequeñas losas que nos empequeñecen cada día; hoy se nota un poquito más esa cruel realidad y es que el pequeñín, Mario, cumple 12 años y a mi se me cae otra losa encima. Pero lo más importante es que sigan cayendo losas y veamos a nuestros hijos cumplir años.
Doce preciosos años que cumples lleno de ilusión, amor, cariño y sabiduría. Queremos que sean infinitos y felices los que llegues a cumplir y que los veamos y disfrutemos de tu carácter de niño toda la vida; ese niño traviesillo que no ha roto nunca un plato.
Muchas felicidades Mario, hijo mío.
Te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario