Buenos días, estimados amigos y lectores de este pequeño espacio de lectura y esparcimiento de quién os escribe.
Hemos entrado en el mes de octubre, ¡cómo pasa el tiempo!, que viene cargado de cumpleaños y de buenas vibraciones. Pero el principal motivo de júbilo son los cumpleaños de los dos soles de la casa, Lucía y Mario, diez y seis años; Lucía una década alucinante a tu lado, cuando seas mayor lo entenderás.
Antes de pasar a las felicitaciones de los churumbeles quiero hacer especial mención a ese "médico" pediatra que me dijo hace diez años, a la media hora de nacer Lucía. Hay frases en la vida de un ser humano que no se olvidan y esta, a mi, no se me va de la cabeza y la recordare hasta con el tono de voz que puso ese impresentable doctor del Hospital Los Arcos de Santiago de la Ribera. ¡LAS PROMESAS, LUCIA, SE CUMPLEN! Y esta es una que hasta que tu padre no pierda el juicio no olvidará jamás.
¡¡¡Y comenzamos!!!
Lucía gracias por existir, como dice una canción: tú me haces mejor persona (gracias por la frase a Pablo Alborán y su Terral). Eres lo más bonito de mi vida junto con tu hermano Mario. Pero tú consigues calmarme cuando menos me lo espero, también me sacas, a veces, de mis casillas; aunque son más las que haces que me calme. Gracias por dejar que forme parte de tu vida desde hace 10 años, estupendos y maravillosos años a tu lado. Hay cositas que tenemos que seguir, pero gracias a Dios eres una personita muy sana y eso que naciste muy malita (hicieron un milagro, siempre lo afirmaré). Eres una señorita y creces como la espuma, dentro de poco no querrás que te abrace, ni que te acaricie, por eso ahora me aprovecho y saco el máximo rendimiento de los días que estoy a tu lado; y cada abrazo, lleno de tu ternura, revive en mi grandes emociones y me da fuerzas para seguir en tu lucha, en la lucha de la discapacidad.
Tú no eres distinta, lo afirmo y lo reafirmo; los distintos somos nosotros, los "normales". Ojalá en la vida todo fuera de bello como tú, como vosotros, y tan simple, ojalá pudiéramos tener vuestra bondad, vuestra ternura, vuestro amor incondicional, etc... No eres distinta a nadie, estando a mi lado que no lo escuche yo, pero cuando seas mayor no dejes que nadie te lo diga. Gracias a Dios la sociedad va cambiando y tú tienes grandes compañeros de clase que te ayudan en todo lo posible y más; a ellos mil gracias y sus padres también, por haber sabido transmitir una educación tan buena. Gracias a todos los que de alguna forma habéis participado en la educación y enseñanza de Lucía durante estos diez años; es imposible acordarme de todos los nombres, así que para que nadie se sienta ofendido os doy las gracias en general.
¡FELICIDADES! por esos diez años de ilusión y cariño, espero estar a tu lado siempre y también que tengas en mi una referencia para llevar tu vida a dónde tú quieras.
¡TE QUEREMOS, FELICIDADES!
