viernes, 11 de mayo de 2018

El fin

¡Querido abuelo!, el tiempo está como nosotros nublado o triste y soleado o contento.
Nublado porque el vacío  que dejas en la tierra es grande y tenemos una tristeza terrenal.
Soleado porque dónde estás alumbrado a todos tus seres queridos que ya están contigo, en especial la abuela.
Diego (titi), mamá oficialmente sois huérfanos terrenales, pero estamos aquí para que nunca os sintais solos.
La abuela y el abuelo desde su atalaya nos cuidan a todos.
Abuelo, me permitís, te has marchado como has estado toda la vida: sin hacer ruido.
TE QUEREMOS.

jueves, 10 de mayo de 2018

El último yerbero

Buenos días queridos amigos y seguidores de este pequeño espacio de  lectura, hoy no voy a hablar ni de Lucía, ni de mi; hoy toca hablar de otra gran persona, mi abuelo, mi último abuelo.

Como dice Machado y popularizado por Serrat: "todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar....." No queda otra en la vida que un principio, cuando nacemos, y un final, cuando morimos; por lo tanto pasamos por ella y vamos haciendo nuestra vida hasta el fin de la misma.

Querido abuelo te marchas y lo haces con tu trabajo cumplido y con una vida vivida. Una vida que para las personas de tu generación no ha sido nada fácil, para ti en particular menos porque perdiste a tu padre siendo niño y tuviste que trabajar desde bien pequeño; no un trabajo cualquiera, no algo banal, no era fácil lo vuestro. Tú y tus hermanos erais importantes en Alcantarilla, hacíais que las familias pudieran dar de comer a sus animales (conejos, gallinas, etc...) con vuestro esfuerzo diario, erais los yerberos. De madrugada segando la alfalfa que luego durante el día repartíais con vuestro carro y vuestra mula, siempre sonriendo, siempre con buenas palabras. Te vas y se va una profesión contigo, un ideario de vida, una forma.

Desde hace dos semanas estamos contemplando tu partida, tu desgaste físico y tu sufrimiento en este mundo; todos sabemos que se acerca el fin. Pero hace mucho tiempo que no te encontrabas bien, aunque nunca dijeras nada, aunque de tu boca no saliera una palabra más alta que otra, aunque todo estuviera bien para ti. En el año 1994 tuviste tu último burro y carro, pocos años después dejaste de ir en bici, porque ya no era seguro había mucho tráfico, y desde ese momento has estado en casa; no has salido casi nunca ya que tus huesos estaban comidos por el reuma de todos esos amaneceres segando hierba, con esa escarcha, frío o calor. Tus huesos, esos que te han dejado con las piernas corvadas y con unos pocos centrímetos menos de estatura te han impedido en los últimos años andar. Tu corazón, con dos marcapasos ya, también está cansado de tanto latir, aunque es tan grande que siempre estarás en el nuestro.

Abuelo vamos a añorar tus discursos de lo que hacías en la mili, aquella mili en aquel cuartel, con aquellos compañeros de los cuales te acordabas de sus nombres. Vamos a echar de menos tus canciones de Navidad, esas que cantabas siempre que has podido y que la abuela se empeñaba en callar y nosotros animábamos para que siguieras. Los discursos de tu infancia, de tus hermanos en la guerra, de lo que sufristeis, de los burros, cochinos, etc... que había en casa y comíais cuando podíais. Que lástima que cuando eres un niño no te das cuenta de todo el valor de esas palabras, que pena no tenerlas grabadas para poder transcribirlas ahora y recordarlas de por vida; porque aunque alguna resuene en mi memoria no es lo mismo poder leerlas que recordarlas en la lontananza.

Recuerdos y más recuerdos que desfilan delante mío desde que estás ingresado, y lo que más destaco es que no hay ningún recuerdo malo, ninguno. No hay nada que pase por mi memoria que haya supuesto ningún trauma infantil, ni juvenil. Uno de mis mejores recuerdos, tal vez sea un chaleco, tu chaleco, que lleve en una de mis primeras Noche Viejas; el cuál aún guardo como recuerdo. Gratos recuerdos de la niñez y de la juventud.

Y perdona, por no haberte visitado más todos estos años, por estar lejos en muchas ocasiones, por haberme perdido muchas cosas a tu lado, perdóname por haber sido egoísta y pensar en mi y no en ti.


Allá dónde estés te queremos.