Queridos seguidores de este espacio de lectura, hoy no toca hablar de Lucía, ni de su centro, ni de su cole, ni nada de nada. Hoy toca hablar de la VIDA.
¡La vida!
La vida que tenemos, que disfrutamos, que sentimos, que gastamos día a día, momento a momento, no nos pertenece. Simplemente la usamos y la maleamos a nuestro antojo, sin pensar que lo que hacemos no tiene ningún fin, excepto ser felices y tener la conciencia tranquila.
Querido 2.013 de mi vida, estamos a punto de despedirte, nos quedan 21 días de esta vida para que desaparezcas de la misma. Yo no quiero despedirme de ti sin más, ¡no puedo! Tú que has visto como un trozo de mi mundo, de mi pequeño e ínfimo mundo, se ha desmoronado; teniendo que ver a mis hijos unas pocas horas al día o varios días y abandonar "el hogar" que había construido. Pero también, tú, has podido observar como ha aparecido una persona en mi mundo que ha logrado dar estabilidad al mismo y que tiene mis días en sus días.
Te marchas 2.013 dejando un amargo sabor de boca, pero dejando mi conciencia tranquila. Te vas para dejar paso a un 2.014 que entrará en mi "vida" con fuerza, energía y vitalidad. Que traerá, espero, dulce sabor y momentos maravillosos; sobre todo junto a mi ser especial y mis hijos.
La vida que uso me da una nueva oportunidad y esta vez, con más conocimiento que la anterior y con más entusiasmo, si cabe, no la pienso dejar pasar. Tú que llenas mi vida de dulzura, cariño, amor, comprensión, imaginación, pasión; tú que has entrado en mi vida como un "elefante en una cacharrería", tú "mi marciana" te mereces mi vida, esta que uso y quiero que uses.
Las cosas, la vida, las oportunidades, pasan, llegan cuando tienen que hacerlo. Esta vez, desde el aplomo de la situación, desde la vivencia o experiencia, desde la alcazaba que construí para no ser herido de nuevo, puedo gritar que empiezo una nueva vida y deseo que sea la tuya.
Vida, bienvenida.-
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