miércoles, 11 de abril de 2012

Mi niña

Esta es ¡mi niña!, no hay ninguna duda de que el tiempo pasa y pasa igual para todos. Pero para Lucía el tiempo dura más y los únicos que nos damos cuenta somos los que estamos a su lado, ella tiene su reloj y va retrasado unos cuantos años. Pero sabéis que es lo mejor de todo, que a mí me gustaría tener ese reloj también.

Leyendo y releyendo en varios blogs, sitios web, etc, experiencias de los familiares de otras personas con SD se llega a la conclusión que son los mejores relojes que hay, ni los suizos. Ese reloj interno que tienen les hace entender, de un tirón y sin pedir explicaciones, cosas a las que los demás pedimos mil y una explicaciones para tener, al final, que llegar a la conclusión que de poco sirve darle vueltas. Ellos lo "entienden" y es suficiente decírselo una vez.

Han pasado unos cuántos días desde el Día Mundial del SD y desde la tranquilidad de haber podido reposar todo lo que se ha escrito y se ha visto creo que nos queda un camino muy largo por recorrer. No quiero ser pesimista, pero que algo que debería ser normal se convierta en algo extraordinario debe de hacernos pensar; al igual que otros tantos días, de otras tantas cosas. A mí que algo "normal" sea algo que se deba de recordar en tantos y tan diferentes lugares y maneras me dice que son distintos, que somos distintos; que llevar una familia con unos seres tan fantásticos no es fácil, ¿verdad? Pero que la sociedad lo pone más difícil y nosotros no somos capaces de decirle que el camino no es que los "acomode" de cualquier manera, ni les dé ni más ni menos de lo que se merecen, ni nos hagan tragar con ruedas de molino hacia la integración, tantas veces nombrada y tan mal aplicada. Para mi el camino es que sean, realmente, iguales a los demás; pero eso no es verdad y lo sabemos todos.





¡OS QUEREMOS!

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